¡No obtener lo que quieres puede ser un golpe de suerte disfrazado!
- Eduardo Huidobro
- 24 abr 2024
- 3 Min. de lectura
¡No obtener lo que quieres puede ser un golpe de suerte disfrazado!
Reflexiones sobre la cita del Dalai Lama:
"Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte."
Llevo un par de días reflexionando sobre esta frase del Dalai Lama, y me ha hecho pensar en una experiencia personal reciente. Estaba esperando ansiosamente algo que creía merecer, y al no llegar, me sentí frustrado e injustamente tratado.
Medité, conecté con el presente, hice todo lo que suelo recomendar a mis clientes para ser feliz... pero nada parecía funcionar. La desilusión me consumía, y mi mente no podía dejar de enfocarse en lo que deseaba.
Decidí entonces tomar una pausa, respirar hondo y romper mis patrones de comportamiento. No sabía cómo resolver esa sensación de "deber tener" o "deber ser reconocido", y las técnicas habituales no me ayudaban.
Desconectándome para conectar conmigo mismo:
Me desconecté de todo. Me sumergí en búsqueda de un vacío corporal y mental, observando qué pasaba, no pude meditar, pero si entrar en un estado de quietud. En ese estado de quietud, comencé a leer fragmentos de libros y ver videos al azar, sin rumbo, picoteando y tentando al azar. Lanzando una respuesta al universo; ¿Cómo obtener lo que quiero y espero con tanta ansia?
La respuesta llegó desde el silencio:
Tras horas de búsqueda, la respuesta apareció en un vídeo, solo una pequeña cita escrita en un muro del video que pasó por mi TV: "Recuerda que es un regalo no obtener lo que quieres." La frase, del Dalai Lama, no solo resonó en mí, sino que me hizo ver las cosas desde otra perspectiva. Inmediatamente pausé el video y lo abandoné. Mi corazón se hinchó de gozo y entendí que lo mejor que me podía pasar era efectivamente NO recibir lo que estaba esperando.
Pero lo interesante es ¿Por qué? ¿acaso no es válido querer obtener ciertas cosas?, Cuando estamos con las energías, trabajamos bien, desde el propósito, con todas las energías puestas en algo, los resultados llegan solos, pero entonces ¿por qué me alegraba con el hecho de aceptar que no llegaba lo que quería?
Un regalo disfrazado de desilusión:
No solo es lo que dicen grandes maestros como Jesús, Buda o incluso gurús del desarrollo personal, sino que cobra sentido cuando lo experimentas en carne propia. La respuesta llegó desde el universo, confirmando que lo que deseaba no era lo mejor para mí. Precisamente porque mi propósito y energías no están en ese beneficio. Inmediatamente me di cuenta que de obtener ese beneficio esperado, podría haber tomado decisiones equivocadas. Ese no es el camino: El camino, y es lo que relacionó mi corazón al leer esa frase, está por otro lado. Está en tu propósito, lo que de verdad haces bien y mejor y que te llena de energía todas las mañanas al despertar.
Un cambio de rumbo:
Ese "regalo" me hizo ver que era una oportunidad para cambiar de rumbo, para despertar de mi obsesión y enfocarme en lo realmente importante. Me di cuenta de que estaba apegado a una idea que no me convenía, a pesar de que el universo me mostraba lo contrario.
La semilla del cambio:
En la quietud, en el silencio, en un estado de plena conciencia, sin enfocarme en nada más que en sentir mi cuerpo, llegó la respuesta. No era la que esperaba, pero abrió una puerta inmensa en mi corazón y me demostró que era precisamente la respuesta que necesitaba, la respuesta correcta.
Soltando lo que ya no nos sirve:
Soltar lo que ya no nos sirve, lo que nos limita, es fundamental para crecer. En este caso, soltar la idea de que "debo tener" me permitió abrirme a nuevas posibilidades y enfocarme en lo que realmente me llena de luz.
Reflexiones finales:
Esta experiencia me ha enseñado que no siempre lo que queremos es lo que necesitamos. A veces, la desilusión puede ser un golpe de suerte disfrazado, una oportunidad para despertar, cambiar de rumbo y descubrir un camino más luminoso.
Invitación a la reflexión:
Te invito a reflexionar sobre tus propias experiencias. ¿Alguna vez has vivido una situación similar? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué aprendiste? Comparte tu historia en los comentarios y juntos exploremos el poder de la aceptación y el desapego

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